La convivencia dentro de una comunidad de vecinos puede garantizar experiencias de todo tipo, tanto buenas como malas. Para establecer normas, llegar a acuerdos, dirimir situaciones y tratar todos los asuntos concernientes a la cotidianidad vecinal en recomendable hacer una reunión de vecino, pero ¿se puede hacer dicha reunión sin el administrador de fincas?
Un administrador de fincas puede llegar a ser un aliado de carácter imprescindible para muchas comunidades de vecinos. Una reunión de vecinos debe contar con un proceso y protocolo que se enfoque en garantizar la funcionalidad y convivencia de las comunidades y el administrador de fincas tiene la responsabilidad de cumplir con el rol de secretario de la junta y redactar el acta donde se dejen por escritos los acuerdos e incidencias de dicha reunión de vecinos.
Toda reunión de vecinos o Junta de Propietarios requerirá la presencia de un mediador que pongas las cartas sobre la mesa, en el supuesto de que haya que orquestar algún acuerdo o alianza vecinal. Un buen administrador de fincas debe estar preparado para atender cumplir con las funciones de fincas, tanto arrendadas, como de propietarios, cuyas funciones podrían variar.
Las obligaciones de un administrador de fincas para la gestión de comunidades de propietarios están establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal, por sus siglas LPH; más específicamente en su artículo número 20, donde establece que velar por el régimen adecuado, así como las instalaciones y servicios es fundamental. Además tiene la responsabilidad de preparar el plan d gestión de los gastos e ingresos.
Dentro de las funciones de un administrador de fincas, también están establecida la responsabilidad de ejecutar todo el papeleo relacionado con la puesta en marcha de obras. También debe velar por la puesta en marcha y control de los acuerdos salidos de una reunión de vecinos. Además tiene la responsabilidad y función de actuar como Secretario de la Junta y cumplir con otras responsabilidades inherentes asignadas en las juntas de vecinos.
El trabajo de un administrador de fincas no es del todo sencillo, pues sobre él recaerán muchas responsabilidades asignadas en una reunión de vecinos que se celebren a manera de juntas, tanto ordinarias como extraordinarias. Asesorar, gestionar pagos, facturación, contratación, advertir sobre morosos, gestionar los libros de cuentas y demás actividades administrativas son muy importantes para dichos gestores.
Poner en marcha una reunión de vecinos no tendrá más objetivos que velar y garantizar el normal funcionamiento de toda comunidad de vecinos. Aunque el administrador de fincas no es miembro activo entre los convivientes, sí es parte fundamental de esa convivencia, por lo que juntos deben estar orientados a que las relaciones tanto personales, como comerciales y administrativas machen en franco orden.
Pero la celebración de una reunión de vecinos, formalmente llamada junta de propietarios, hay que tener muy en claro los que gira en torno a ella, pues existen dos modalidades tipificadas: la Junta General Ordinaria, que se celebra una vez al año para evaluar el presupuesto anual, aprobar cuentas y renovar cargos si así lo deciden; así como la Junta General Extraordinaria que solo puede ser convocada por el Presidente de la Comunidad o por el 25% del total de propietarios de la finca.
Las juntas de propietarios no son una mera reunión de vecinos, pues requieren cumplir con lo establecido en la Ley de Propiedad Horizontal y, por supuesto, requieren la presencia de un administrador de fincas que cumpla con las funciones de secretario, tomando nota de todos los acuerdos, así como vigilando que se garanticen las bases de convivencia dentro de la comunidad de vecinos o propietarios.