A casi nadie le gusta acudir a las reuniones de vecinos que se celebran durante el año para revisar los aspectos que son de interés para los propietarios de las comunidades. Siempre pensamos en cosas mejores que hacer frente a asistir a la juntas de comunidad por la dificultad, en muchas ocasiones, de llegar a un acuerdo entre vecinos.
Y es que, hay vecinos que ni siquiera saben que una junta de propietarios es la forma de gobierno de la comunidad, que se compone por quienes tienen viviendas en propiedad en dicha comunidad. Anualmente se celebran tanto juntas ordinarias, en las que se aprueban las cuentas y presupuestos, aunque también pueden aprovecharse para hablar de otros aspectos comunitarios y la juntas extraordinarias, que no son obligatorias y se pueden tratar todos los aspectos distintos a cuentas y presupuestos. Además de estas juntas, para que una comunidad de vecinos funcione bien es esencial contar con un administrador de fincas profesional y que sepa orientar a los vecinos en lo que realmente necesita la vivienda.
No todos tenemos los mismos intereses en nuestra comunidad y por ello en las juntas, con frecuencia puede haber diferencias o disputas entre los vecinos, que normalmente se deben a los siguientes aspectos:
1.-Nivel económico. Hay muchos vecinos que siempre son proclives a realizar cambios para mejorar la vivienda o simplemente por el hecho de renovarse, frente a otros que nunca quieren que cambie nada. Esto se debe con frecuencia a diferentes niveles económicos entre las personas. Los vecinos con mayor nivel adquisitivo serán más favorables a los cambios que aquellos que ganan menos.
2.-Diferencias de edad. También suele haber rencillas entre vecinos con grandes diferencias de edad. Las personas mayores están acostumbradas a su rutina y con frecuencia son menos partícipes a los cambios que las más jóvenes, que tendrán más afán en modernizar la comunidad.
3.- Situación de la vivienda. Otro factor que influye con frecuencia en las disputas en la junta de comunidad son las situaciones o alturas de las viviendas o lo pisos. Lo que para algún vecino puede ser necesario en un sexto piso, por ejemplo, un ascensor, para el vecino del primero no tiene ninguna urgencia y puede generar conflicto.
4.- Malas relaciones. ¿Quién no conoce a alguien que se lleva mal con un vecino? Las enemistades entre vecinos son un clásico. La convivencia es difícil y a veces lo que uno considera muy normal, para otro puede resultar una falta de respeto. Estas confrontaciones entre vecinos hacen difíciles los acuerdos en la comunidad.
Para evitar disputas en las junta y conseguir llegar a los mejores acuerdos posibles hay que tratar de dejar atrás las diferencias y también intentar ser empáticos. El papel de un buen administrador de fincas es también esencial, pues es un profesional que orienta a los vecinos a la hora de que tomen las mejores decisiones para su comunidad.
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